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¿Qué son las Habilidades Parentales?

Foto del escritor: Carla Quezada, Terapeuta Ocupacional Centro AmúnCarla Quezada, Terapeuta Ocupacional Centro Amún

Por: Carla Quezada, Terapeuta Ocupacional de Centro Amún

Siempre que realizo Talleres de Habilidades Parentales, suelo plantear la misma pregunta ¿Alguna vez, se han cuestionado su forma de criar? "Nadie nació siendo madre o padre, como tampoco, nadie nos enseñó a serlo", estas son frases comunes que hemos escuchado y hemos dicho durante décadas, y la verdad es que nadie, absolutamente nadie, tiene la fórmula de una crianza correcta, ni los más expertos, ni siquiera aquellos que parecieran tener hijos admirables, ¿saben por qué? porque absolutamente todos, sin excepción, todos los niños son diferentes, he ahí la gracia de ser padres. Todos los niños son distintos, incluso aquellos que son gemelos o mellizos, y nuestra manera de criar también lo será, aunque queramos ser iguales con todos nuestros hijos, es inaudito pensar que será así.


Entonces… ¿Por qué nos desesperamos?



Algo que yo me he cuestionado en mi periodo como madre está relacionado a esta misma pregunta ¿por qué me desespero? y la respuesta la he encontrado en mis mismas exigencias con mi hija, nos angustiamos porque COMPARAMOS. Tenemos la costumbre de comparar a nuestros hijos con los de otros, en todas las directrices posibles, ("mi hijo habla más que el tuyo", "mi hijo caminó mucho después", "mi hija ya se sabe todas las vocales", "mi hijo ya no usa pañales") y es porque estamos acostumbrados a compararlo todo, y principalmente a nosotros mismos, es entonces cuando buscamos técnicas que otros padres ocuparon con sus hijos y las apropiamos para hacerlas nuestras y, en muchas ocasiones, fracasamos, sin embargo, esto es porque quizás, sólo quizás, esas técnicas sí resultaban con “Anita, la hija de mi hermana, pero no con Pablito, mi hijo”.

¿Qué debo hacer entonces?


Primero, respetar el tiempo de nuestros hijos y dejar de pensar que sólo las CARACTERÍSTICAS COGNITIVAS hacen mejor a un niño de otro, dejar de compararlo, porque aunque no lo crean, ellos se dan cuenta. También, si ven que su hijo/a tiene un retraso psicomotor o de otra características, diríjase a un especialista y evite que otro, desde su propia perspectiva o experiencia, le haga un diagnóstico, esto sólo creará inseguridad en ustedes.


Crianza Consciente



Antes de entender esta difícil y maravillosa disciplina que es criar, nos informaremos de dos métodos importantes. Existe un término denominado “La crianza consciente(C.C), la cual está lejos de ser blanda, perfecta o, como muchos la llaman, IDEAL, por lo demás, la C.C es el AUTODESCUBRIMIENTO que experimentan ambos padres a lo largo del camino, esta introspección que nos lleva a conocer lo que hoy llamamos “Habilidades Parentales”.

Existen dos maneras de ver esta crianza:

  • Teoría del Apego: que aboga al bienestar del niño.

  • Teoría Conductista: que aboga al bienestar de los padres.


Ambas Teorías están dispuestas a buscar una respuesta adaptativa del niño con su medio ambiente, mientras el Apego quiere con todas sus fuerzas generar un vínculo seguro y poder interpretar lo más sublimemente posible a nuestros hijos, cae en el error de dejarnos a nosotros de lado como madre o padre y no entender lo que es mejor para este niño/a que necesita tanto de mí. Por el contrario, la manera Conductista, intenta de todas formas que el/la niño/a sea lo más parecido a lo que YO quiero, dejando de lado las emociones de ellos mismos.

 

Ambas teorías aportan bastante a la crianza, pero ninguna, en sí misma, hará que mi hijo/a sea feliz, por tanto, el EQUILIBRIO entre ambas disciplinas (lo que mi hijo/a necesita y quiere con lo que Yo como padre quiero) es lo que se denomina Crianza Consciente, permitiendo comprender si lo que estoy exigiendo a mi hijo/a es algo que me hace feliz a mí o a él, como también, si mi manera tan permisiva ha perjudicado a mi hijo/a en sus normas, valores y reglas, transformándolo/a en alguien rebelde. Ambas miradas deben ser exploradas desde nuestra propia experiencia y en la medida en que seamos capaces de conocernos.


No culpemos a los niños de todo.


Generalmente la sociedad suele culpar al sujeto desde su condición como el ser único capaz de cambiar, y no es así. Somos seres sociales, holísticos e integrales, mi conducta repercutirá en otros como un efecto dominó, por lo que un/a niño/a con problemas conductuales suele ser tratado/a como un ser único y no intervenimos en los reales responsables, que son sus padres, e incluso también su entorno cercano, por lo que la carga y terapias suelen ser enfocadas sólo los niños y no trabajamos en nosotros mismos o su entorno, externalizando incluso nuestros fracasos y temores en ellos, dejando de trabajar en nuestras habilidades y debilidades, naturalizando nuestra forma de criar y no cuestionando si estamos haciendo las cosas bien. Para eso, necesitamos desnaturalizar también nuestra forma de haber sido criados/as. Un ejemplo claro de esto es: “Mi madre con una sola palmada me hacía terapia”, “ Mi padre con una mirada me dejaba callado”… en fin, yo me pregunto si algunos de ustedes ha cuestionado si eso fue lo mejor, ¿habrían querido otra manera en que sus padres los corrigieran? Algunos aún piensan que una palmada es una buena solución para todo, otros ni siquiera pueden conversar con sus hijos porque no saben cómo relacionarse con ellos, y les vuelvo a preguntar ¿acaso fue una buena medida?, podré hacerlo mejor?... hagan el ejercicio y pregúntense:


  • ¿Cuál es mi habilidad física, emocional y psicológica como padre/madre?

  • ¿Estoy dando un buen ejemplo?

  • ¿Quiero que mi hijo/a sea igual que yo?

  • ¿La forma en la que a mí me criaron, funciona también con mi hijo/a?

  • No paso tiempo con mi hijo/a, lo/la malcría su abuela ¿será su responsabilidad o la mía?

  • ¿Estoy malcriando a mi hijo/a al no poner reglas claras en casa?

  • ¿Estoy involucrado con la crianza de mi hijo/a, o sólo cuestiono el cómo lo cría mi esposa o esposo?

  • ¿Desautorizo a mi esposo o esposa frente a mis hijos?

  • ¿Lo/la escucho cuando quiere contarme algo?

  • ¿Paso mucho tiempo en el celular al punto de que no lo/la miro a los ojos cuando me habla?

  • ¿Cómo me ven mis hijos?


Estas son sólo algunas preguntas de las tantas que nos podemos ir haciendo cada día, por lo tanto, sabemos que no es fácil criar a nuestros hijos, porque parte de eso es aprender a gobernar nuestro carácter e impulsividad, y eso realmente cuesta. Debido a esto, cometemos errores y lo seguiremos haciendo porque es parte de la vida, no obstante, la forma de enfrentar esos errores es la que nos ayudará en una crianza consciente, por esto, debemos dejar de culparnos para comenzar a ser responsables de nuestros hijos y, principalmente, de nosotros mismos.



Hoy en día, en tiempos de cuarentena, nuestro carácter está siendo a prueba por nosotros mismos, por nuestros hijos y por quienes conviven a diario con nuestro temperamento, algunos padres pueden trabajar desde casa, pero esto les a generado mucha desorganización, desequilibrio, estrés e inseguridad, porque están mezclando su trabajo con su casa y separarlo se les hace muy complicado, sus hijos los ven y quieren sólo jugar y no saben cómo enfrentar algo tan nuevo. Por el contrario, otros padres deben salir de igual manera a trabajar, generándoles tristeza, impotencia e inseguridad y no tiene cabeza para poder jugar con sus hijos al llegar a casa, ni hacer tareas, en ambos casos, la vida se complica, pero también tenemos dos opciones, o esta crisis saca lo mejor de nosotros y lo transformamos en algo constructivo, o saca lo peor de nosotros y lo transformamos en algo destructivo. Sea cual sea la respuesta, lo único que está en nuestras manos es el cómo, desde nuestra forma de enfrentar esto, le entregamos las herramientas necesarias y preparamos a nuestros hijos ante una futura crisis, si es con templanza, dedicación y contención o si seguimos comparando a nuestros hijos, mirando el césped de al lado y externalizando nuestras inseguridades en ese pequeño ser. Sea cual sea tu decisión, debes saber que él o ella, sigue tus pasos.


Si necesitas ayuda con este tema, puedes contactarnos para orientarte con alguna de nuestras especialistas.

© Centro Amún

 
 
 

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