La conducta de un niño con sus pares juega un rol fundamental al momento de adquirir refuerzos positivos o negativos de parte de las personas que se encuentran presentes en los contextos cotidianos de este, como familiar, escolar, comunitario, entre otros. Por consiguiente, aquellos niños que presentan un comportamiento social inadecuado o disruptivo, suelen ser aislados, rechazados y/o prejuiciados tanto por sus pares como por adultos, repercutiendo de manera inmediata y a futuro en la adaptación social, emocional y académica. En consecuencia, el conjunto de habilidades sociales permite al niño incorporar los papeles y normas sociales que serán una guía al momento de relacionarse con otros.
Entonces ¿Qué son las Habilidades Sociales?
Al momento de mencionar el concepto Habilidad nos referimos al poseer o no un conjunto de destrezas específicas necesarias para llevar a cabo diversas actividades. Por tanto, al decir Habilidades Sociales, estamos hablando de aquellas destrezas relacionadas con la conducta social en sus diversos contextos y formas expresión, en consecuencia, cuando estas son apropiadas genera una mayor satisfacción para el niño. En 1999, La Organización Mundial de la Salud define a las Habilidades Sociales como “aquellas destrezas que nos llevan a resolver problemas, a comunicarnos efectivamente y poder expresar nuestros sentimientos, pensamientos y acciones de forma acertada, para poder garantizarnos relaciones estables y duraderas”.
¿Cuáles son las Habilidades Sociales?
Primero, debemos mencionar que para establecer adecuadas relaciones interpersonales, es fundamental que los niños logren desarrollar (según Caballo, 1986):
Relaciones Sociales:
La iniciación, el mantenimiento y la finalización de una conversación considerando contexto, situación, personas, etc.
Estrategias para mantener la conversación
Tiempo para escuchar al otro
Hacer y recibir cumplidos
Un cumplido es una conducta verbal que busca destacar características positivos de otra persona, reforzando y haciendo de la interacción social más agradable.
Hacer y rechazar peticiones
La capacidad de los niños de poder sobreponerse a la vergüenza y pedir cosas de interés o que les resulten útiles. Como también, el que sean capaces de rechazar un favor que no deseen hacer, esto incluye pedir favores, ayuda o que otra persona cambie su conducta.
Expresión de desagrado, molestia y disgusto
La capacidad del niño de comunicar lo que siente de manera asertiva con el fin de cambiar una situación que no es agradable para él.
Afrontar las críticas
Se refiere a la forma en que los niños reciben y responden a las críticas de otros, en donde la conducta más apropiada es dejar que esta siga su curso y al momento de finalizar el niño pueda expresar lo que siente.
Procedimientos defensivos
Son aquellas conductas que interrumpen patrones injustos, reemplazándolo por una comunicación efectiva y respetuosa.
Procedimiento de ataque
Son las formas en que los niños reaccionan al momento de verse atacados, en donde encontramos técnicas como:
Repetición o Disco rayado: Reiterar en varias ocasiones lo que se quiere conseguir
Aserción Negativa de ataque: Reacción ante una crítica sin justificarse
Reforzamiento en forma de Sándwich: Decir algo positivo luego de algo negativo.
Defensa de los derechos
La capacidad de todo niño de expresar sus derechos cuando estos son ignorados o pasados a llevar
Expresar opiniones personales
El derecho de todo niño de poder expresar sus opiniones de forma adecuada, sin forzar a que otros lo acepten.
Expresión de amor, agrado y afecto
La capacidad de poder expresar de forma adecuada estas emociones hacia otras personas.
Es importante mencionar que estas Habilidades se adquieren a lo largo de la vida del niño desde la primera infancia, es decir 3 años aproximadamente.
¿Cómo enseñar y desarrollar las Habilidades sociales en el Hogar?
El aprendizaje de los niños se realiza mediante la observación de aquellas personas significativas, específicamente los padres, y el tipo de refuerzo que estos/as le entreguen, lo que genera que el niño incorpore o elimine ciertas conductas. Por consiguiente, les entregamos los siguientes consejos:
Tener claridad de cuáles son las conductas que reforzaremos positiva y negativamente.
Es importante que entre ambos padres convengan aquellas normas y límites que establecer en el hogar y que mantengan un sentido lógico para cada uno.
Los niños aprenden a través de lo que se les dice mediante instrucciones, indicaciones, explicaciones, etc. por lo que estas deben ser claras y precisas con frases cortas y formular en positivo, como "trata bien a tus compañeros, en vez de no grites”, empleando un tono de voz seguro y sin gritos.
Establecer rutinas y responsabilidades dentro del hogar, acorde a la edad de cada niño.
Tener conocimiento de los contenidos a los que están expuestos los niños y regular el uso de dispositivos electrónicos (se recomienda 20 minutos diarios), tanto televisión, YouTube, videojuegos, blog, entre otros, ya que hoy en día representan una gran influencia en su desarrollo.
Tomar en cuenta nuestras acciones y emociones de manera que estas no influyan negativamente en el aprendizaje de nuestros hijos, para esto se recomienda expresarse en momentos adecuados, al enfrentar una rabieta enfocarnos en la situación actual, evitar palabras que pueden ofender a otros, expresar a los niños que causa esa emoción en nosotros y buscar una red de apoyo en otros si nos vemos sobrepasados.
Integrar al niño en actividades de equipo, ya sean deportivas, artísticas, entre otras, para favorecer el desarrollo del trabajo en equipo.
Guiar a los niños en el conocimiento de las emociones, ayudarlos a identificarlas mediante preguntas simples.
Guiar al niño hacia la reflexión a través del apoyo verbal con interrogantes como ¿Por qué crees que te sientes de esa forma?, ¿Qué te hizo sentir así?
Ofrecer y respetar los espacios y tiempos de autorregulación.
Fomentar un diálogo democrático en donde los niños expresen sus ideas y nosotros podamos guiarlos en la resolución del problema haciendo énfasis en la empatía con los demás, para esto se utilizan preguntas estratégicas como por ejemplo, "¿Cómo te sentiste con lo que sucedió?" o, "Si te sientes de esta manera ¿Cómo se sentirá la otra persona?" o "¿De qué otra forma podríamos haber actuado?"
Es muy importante el escuchar atentamente al niño y enseñarle que también debe escuchar a los demás.
Si su hijo presenta dificultades conductuales que interfieren con su desarrollo y participación social, realice una consulta con especialistas, ya sea Neurólogo, Neuropsicología, Psicólogo o Terapeuta Ocupacional, con el objetivo de evaluar la posibilidad de comenzar una intervención oportuna, ya sea de forma individual o grupal en un Taller de Habilidades sociales.
Para finalizar, las Habilidades Sociales, como ya hemos visto, se adquieren a lo largo de la vida y mediante la socialización de los niños, comenzando en el entorno familiar y continúan en la escuela, en donde a medida que transcurren los años, se van complejizando y paralelamente las relaciones de amistad se irán forjando y reforzarán el aprendizaje. Es por esto que es fundamental ser conscientes de la información que como padres les entregamos a nuestros hijos y tener en conocimiento aquella que reciben en otros contextos, por parte de pares, educadores, otros padres, familiares y dispositivos electrónicos, además del impacto que esto tendría en su formación.
En conclusión debemos ser actores activos y participativos de los proceso de nuestros hijos favoreciendo su desarrollo y fortaleciendo sus habilidades sociales para la promoción del bienestar de nuestros pequeños.
Comentarios